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domingo, 18 de octubre de 2015

Simposio en la Usach reúne ponencias sobre pueblos originarios


IV CONGRESO INTERNACIONAL CIENCIAS, TECNOLOGIAS Y CULTURAS: UNIVERSIDAD DE SANTIAGO DE CHILE (USACH)  
10 A 14 DE OCTUBRE DE 2015.



La Mag. en Antropología. de la Universidad de San Marcos de Lima, Perú, María Alicia Baca Macazana Carlos Ruiz Rodríguez. Dr. en Filosofía y Letras (Historia de América) Universidad de Valladolid y ayudante de investigación en la Universidad de Santiago de Chile (USACH), Coordinadores del Simposio N° 37 del IV Congreso Internacional, publicaron la invitación a participar en este Congreso y reunieron ponencistas de Bolivia, Brasil, Costa Rica, Chile y Perú, que expusieron temas relativos a los pueblos originarios y a los inmigrantes en estos países.


Este simposio buscó recopilar ponencias de calidad acerca del tema de las diversas alianzas que los pueblos de este Continente han ido generando, para beneficiarse de la reciprocidad en términos económicos y culturales, y para enfrentar las agresiones externas, por lo tanto, aquí escuchamos los diversos aportes desde cualquier disciplina que permitan exponer las formas de contacto y unión entre pueblos o naciones desarrolladas, incluso en tiempos prehispánicos y que generaron horizontes culturales, las alianzas para enfrentar las invasiones postcolombinas y el colonialismo, las alianzas independentistas en el siglo XIX, las confederaciones entre los nuevos Estados y los proyectos modernos para superar el aislamiento de los Estados y sus pueblos.


Asimismo buscó abrir un espacio de reflexión para ver formas constructivas de superar los problemas comunes, buscando nuevas miradas acerca de las uniones y conflictos entre los estados de Nuestra América, sus conocimientos y los Pueblos Indígenas. Así de esta forma, el simposio N° 37, dentro de este Congreso, pretendió ser un espacio de diálogo académico abierto a la comunidad y con capacidad efectiva de incidir de ésta después del Congreso y posteriormente, de la emisión de publicaciones y organización de eventos para difundir conclusiones y hacer circular el debate sobre el tema entre la comunidad.


PONENCIAS PRESENTADAS:

SÁBADO 10 DE OCTUBRE

Yalile Jiménez Olivares, Mag. y Ariel Robles Barrantes, Bachiller.
PONENCIA: Inclusión de Pueblos Originarios en la Educación Superior. Caso: Universidad Nacional, Sede Regional Brunca.
INSTITUCIÓN: Universidad Nacional de Costa Rica, Sede Regional Brunca.


Héctor Luna Acevedo. Magister en Estudios de la Cultura.
PONENCIA: Los derechos indígenas en el contexto del pluralismo jurídico.
INSTITUCIÓN: Secretaría Técnica del Tribunal Constitucional Plurinacional de Bolivia.

Jorge Rubem Folena de Oliveira. Doctorando en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales.
PONENCIA: Poder, violencia y crueldad: una crítica al protagonismo judicial brasileño.
INSTITUCIÓN: Instituto Universitario de Pesquisa do Rio de Janeiro (Iuperj). Brasil.

María Alicia Baca Macazana. Mag. Estudios Amazónicos.
PONENCIA: Aportes de los pueblos originarios en el tejido social de Quito en Ecuador y Lima en Perú.
INSTITUCIÓN: Universidad Nacional de San Marcos de Lima, Fac. de Derecho, Taller de Renacere.

DOMINGO 11 DE OCTUBRE

Nicolás Gissi B. Dr.
PONENCIA: Migración y procesos de integración social de colombiana/os en Santiago.
INSTITUCIÓN: Universidad de Chile, Departamento de Antropología. Chile.


José Orellana Yáñez. Dr. © Estudios Americanos Instituto IDEA, USACH
PONENCIA: Bolivia, sus mitos y sus relaciones internacionales.
INSTITUCIÓN: Universidad Academia Humanismo Cristiano. Escuela de Ciencia Política y Relaciones Internacionales. Chile.

Patricio Bustamante Díaz.
PONENCIA: Tawantinsuyu, alianza multicultural precolombina.
INSTITUCIÓN: Grupo Wangüelen: Astronomía Cultural Americana” (GWACA). Chile.

Sergio Rivera Puentes. Ing. Agr.
PONENCIA: El análisis histórico ambiental y los factores de desintegración de la organización social de las comunidades indígenas. Caso, sociedad Warao en el delta del rio Orinoco. Venezuela.
INSTITUCIÓN: Ministerio de Obras Públicas de Chile.

Eduardo Torres Gutiérrez. Psicólogo. Magister en Psicopatología y Antropología de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano.
PONENCIA: Exclusión, marginación e invisibilización sistemática de los pueblos indígenas en el valle de Aconcagua.
INSTITUCIÓN: Universidad de Playa Ancha, Sede San Felipe.

Iván Aguilera Barrios. Mag. en Historia y Ciencias Sociales.
PONENCIA: Cosmovisión y astronomía ancestral diaguita en los valles de Illapel y Chalinga.
INSTITUCIÓN: Grupo Wangüelen: Astronomía Cultural Americana” (GWACA). Chile.


Algunas de estas ponencias están disponibles en versión Word o en presentaciones Power Point. Solicitar a: pikunche1@gmail.com


Docente de Los Andes expuso en el Congreso Internacional de Ciencias, Tecnologías y Culturas.


"Las autoridades provinciales y locales están en deuda con las familias indígenas”, aseguró el docente y psicólogo Eduardo Torres.

LOS ANDES (15/10/2015).-  El profesor de la Universidad de Playa Ancha, Sede San Felipe, Instituto Profesional Libertador de Los Andes e integrante del área psicosocial de la Agrupación "Huillimapu Akunkawa", Eduardo Torres Gutiérrez, expuso sus investigaciones en el simposio n° 37 sobre "Los pueblos de Nuestra América y sus alianzas internacionales. Culturas originarias, Americanismos, Andinismos, Indianismos, Bolivarianismos" del IV Congreso Internacional Ciencias, Tecnologías y Culturas, realizado en la Universidad de Santiago de Chile (Usach), del viernes 9 al lunes 12 de octubre.


Eduardo Torres Gutiérrez, señaló a Los Andes on Line que recibió una invitación para exponer sobre la realidad que viven las comunidades indígenas que habitan en nuestro Valle, sus logros y los retrocesos y en esto –dijo Torres-

"Las autoridades provinciales y locales están en deuda con las familias indígenas, es más, mi hipótesis es que las comunidades indígenas viven aquí una invisibilización sistemática de parte de las autoridades considerando que los datos estadísticos demuestran que algunas familias indígenas son más pobres que los pobres chilenos y que las tasas de mortalidad infantil y de adultos son más altas en los mapuches que en los chilenos, por lo tanto, en nuestro Valle hay una deuda pendiente, ya que aún las Comunidades Indígenas siguen esperando una Oficina de Asuntos Indígenas interprovincial que canalice todas las inquietudes e iniciativas de nuestras familias indígenas."





Diario "El Observador" 16 octubre 2015. Pág. 6.



Distintos simposios realizados durante este
IV Congreso Internacional del Conocimiento.






miércoles, 22 de febrero de 2012

Fotografía Mapuche Urbana: encontrando las raíces

Artículo copiado del blog Buscarle el Cuesco a la BrevaEspacio de Reflexión Política Indígena.


Mi foto
Periodista. Mgter. Comunicación. Doctor (c) Ciencias Sociales. Investigador en temas de Política Indígena.

LUNES 20 DE FEBRERO DE 2012

Anticipamos aquí algunas notas de una investigación que venimos desarrollando desde hace algún tiempo y esperamos vea la luz este 2012. Se trata de recopilación, respaldo digital, análisis e interpretación de las fotografías retrato tomadas por los mapuches migrantes a Santiago en torno a la primera mitad del Siglo XX.
Hemos dicho en otras oportunidades que el cambio cultural y estructural más importante que vivió el pueblo Mapuche en el siglo XX fue la autogeneración de lo que se vino en llamar Mapuche Urbano. Y lo volvemos a afirmar.
 
El proceso migratorio campo-ciudad más intenso para el Pueblo Mapuche se vivió en las primeras décadas posteriores a la radicación (1881-1929). Un proceso que se verificó en los años posteriores a la Ocupación Militar del Territorio Mapuche por el Ejército chileno, conocido en la historiografía oficial como “Pacificación de la Araucanía”.
En el proceso de radicación se otorgaron en poco menos de 50 años 3.078 títulos de Merced, sobre 475 mil hectáreas y una población de 77.750 personas, según los datos del Informe del DASIN al VII Congreso Indigenista “Chile, EL Problema Mapuche” ( México, 1972).
La tasa de crecimiento y la estrechez territorial provocó la expulsión de la población joven de las comunidades y empujó la migración campo-ciudad, hacia la capital, que comenzaba un periodo de florecimiento industrial y modernizador.
Testimonio de esta transición migratoria fueron los jóvenes mapuche, que debieron abandonar sus comunidades, y se vieron forzados a comenzar esta aventura hacia el espacio desconocido de la ciudad moderna, y con mínimas posibilidades de retorno. Habían sido ya socializados en sus prácticas culturales, tenían conocimiento de su idioma materno, el mapucezugun, sus competencias laborales estaban ligadas al campo y a los ciclos agrícolas. Provenían de sectores aislados de poco, o nulo, contactocon los avances de la modernidad. Para ellos era desconocido la radio, el cine, la electricidad, las industrias, los automóviles, las fotografías y muchos otros avances. Llegaron a un país desconocido, con dificultades de inserción social y laboral, sin redes, con mínimas oportunidades y, sobre todo, debieron soportar una discriminación feroz por su origen cultural, condición económica y de género. Detalles ilustrativos de este proceso pueden encontrarse en Vida de un Araucano, del Profesor Carlos Munizaga A., CEA U de Chile, 1960 y por cierto en su valioso texto “Estructuras transicionales en la migración de los araucanos de hoy a la ciudad de Santiago de Chile”, 1961. Existe una versión digital muy útil en el sitio www.cultura-urbana.cl.
Los jóvenes de aquella época, adolescentes aún, gracias a su tenacidad, a su capacidad de resistencia a lo inhóspito, a la gran habilidad de supervivencia y al esfuerzo por salir adelante se abrieron paso en diversas labores y trabajos. Los varones buscaron empleo en panaderías, en la construcción, en carabineros y en otros oficios de menor calificación pero que aseguraban ingreso y, en  muchos casos, un lugar donde alojar. Para las mujeres  no fue distinto y encontraron trabajo como empleadas de casa particular u obreras textiles. Una muestra de estos procesos  en nuestro trabajo “Largo Viaje de los Mapuche Urbanos” enhttp://kilaleo.blogspot.com/2011/08/largo-viaje-de-los-mapuche-urbanos.html
Una generación completa se abría paso con atrevimiento y decisión, ocultando su origen cultural, enmudeciendo su idioma, reconociendo la sociedad en la que se instalaban y buscando afectos. El cariño y protección lo construyeron con sus pares, con sus compañeros de trabajo, en el sindicato y con sus hermanos de iglesia. Sus novios y novias provenían de la misma condición social y origen cultural, padecían las mismo racismo y la misma fuerza para salir adelante. Se conocían, se “juntaban”, se enamoraban, se casaban e iniciaban una familia nueva. Que no era parte de la sociedad moderna, al menos así se lo hacía saber, seguían siendo mapuche lejos de su tierra. Al mismo tiempo, su solidaridad los hacía volver mirada a la comunidad y ofrecer a la siguiente oleada migratoria, a la siguiente generación, una casa donde llegar, un techo para cobijarse, una cama para dormir y una familia que sería el punto de partida para repetir la hazaña de la migración.
Los lugares comunes de interacción de estas primeras generaciones de inmigrantes fueron el Barrio de Estación Central, el Cerro Welen (Santa Lucía) y el Parque Forestal, la Quinta Normal, el Parque Cousiño (actual Parque O’higgins).
Todos ellos espacios de diversión y esparcimiento dominical que servían al mismo tiempo como lugares de reencuentro,  de reconocimiento y membresía de una historia común. Habían otros que también hacían frente al abandono, la distancia, el esfuerzo, la incomprensión, la marginalidad y la discriminación. VéaseIntroducción a la Educación Intercultural Bilingüe en Chile, Eliseo Cañulef M., UFRO, (s/f en original)
            Testimonio de esas experiencias son la fotografía dominical disparada, casi siempre, por fotógrafos de caballete. Se debe considerar que la fotografía era un esfuerzo económico para los débiles bolsillos de obreros no-calificados, por ello, constituía un bien atesorado. La fotografía fue por varias décadas un lujo, del que sólo se conservaban unas pocas en cada familia de los momentos más significativos. Instante único e irrepetible, un hito que plasmaría el instante pasajero en la vida del exilio mapuche. La fotografía convertida en un testimonio no dimensionado en el momento de la obturación pero que con el correr de los años se fue convirtiendo en el retrato excepcional e inolvidable de los duros años del destierro.
No son fotografías desgarradoras  sino, por el contrario, llenas de alegría, de unos chispazos de paz, de diversión, de amor y de consuelo compartido con las que serían sus mujeres y hombres en los largos años de pobreza y esfuerzo que les tocaba vivir sin descanso. Hoy son esas fotos nuestro  patrimonio familiar, tesoro y memoria.
Esas fotografías cuentan una parte de nuestra historia, el fin de un proceso inmanente, la captura narrativa del retrato y que nos ofrece hoy la posibilidad de rescatarla para nuestra propia historia, de la existencia del espacio mapuche urbano. La fotografía cumple aún un rol central en los procesos sociopolíticos de la modernidad pero, como muchas cosas, su abundancia la ha convertido en insignificante. Cuantas fotografías se guardaban en los 40 o 50, una o dos?, y cuántas se conservan almacenadas hoy mil, dos mil, tres mil? Algunas no serán vueltas a ver. De esas mil realizamos una selección de 100 o 200 que se comparten en las redes sociales, Flickr, Facebook, Twitter o en blogs. Pero aquellas que sobreviven a la selección siguen conservando, quizás, lo mismos rasgos primarios que encontramos en las fotografías de la migración mapuche, como dijera Roland Barthes en El Mensaje Fotográfico: “Si bien es cierto que la imagen no es lo real, es por lo menos su analogon perfecto, y es precisamente esa perfección analógica lo que, para el sentido común, define la fotografía” quizás sea esa capacidad analógica de lo real la que nos permite refrescar la memoria. Fotografía y memoria son el cara y sello de una misma moneda.
La fotografía de este periodo, de este proceso, de esta hazaña, tiene su significación otorgada por la memoria y la cotidianidad actual. Descifrada por la memoria ajustada a los contextos de hoy y releída medio siglo después. La relación de significación es reconstruida desde ese significante (la fotografía familia) con el nuevo significado iluminado por la memoria, por la historia y por la política. Hemos buscado dar impulso dialógico y dialéctico de aquella huella y de nuestros actuales códigos y contextos para su lectura, comprensión y proyección.
Fernando Quilaleo A.
Periodista
Febrero 18 de 2012
20.30 hrs.
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domingo, 11 de octubre de 2009

Casi doscientos años de atropellos del Estado chileno contra los mapuche

Por Celso Calfullán
12 de octubre de 2009.





La violencia y los mapuche ¿Quienes son los culpables?

Los periódicos, las radios y la televisión permanentemente están atacando y acusando a los mapuche de violentistas y terroristas, toda esta avalancha de información falsa, busca desprestigiar las movilizaciones y justificar lo injustificable y que tiene que ver claramente con los atropellos en contra de la Nación Mapuche.

¿Como es posible justificar el asesinato de jóvenes mapuche? Como Jaime Mendoza Collio, Matías Catrileo o Alex Lemun, el baleo de niños por carabineros o los juicios fraudulentos en contra de los presos políticos del pueblo mapuche, juicios que avergonzarían hasta las peores dictaduras y por los cuales ha sido condenado el Estado chileno en organismos de derechos humanos de todo el mundo.

Esta claro que nada podemos esperar de los grandes medios de comunicación, que están en manos de la misma clase de los que han usurpado el territorio mapuche, y explotan a los trabajadores chilenos, y desde donde han partido algunas fortunas de este país, son los mismos ladrones que tienen que ocultar no sólo su presente sino también su pasado.

El cerco informativo, el silencio comunicacional que sufren los mapuche hoy, es peor que el tuvo que sufrir la oposición a la dictadura de Pinochet. En este cerco informativo trabajan unidos los concertacionistas y los antiguos pinochetistas.

Un genocidio llamado “Pacificación de la Araucanía”

Históricamente el pueblo mapuche, nunca ha intentado invadir otros territorios, este pueblo originario no ha usurpado la propiedad de otros pueblos, sólo ha tenido que defenderse para que no le siguieran robando, primero contra los ladrones que marchaban detrás de la cruz cristiana, los imperialistas españoles, que finalmente al no conseguir derrotarles militarmente, tuvieron que respetar por lo menos parte del territorio.

Pero los principales ladrones (usurpadores) del territorio mapuche, el Wallmapu, fueron la elite oligárquica y luego burguesa del Estado chileno y argentino. Ellos a traición y sin respetar los límites territoriales acordados con el imperialismo de la corona española, terminaron invadiéndoles el territorio, en lo que eufemísticamente en los libros de historia de Chile, se conoce como “Pacificación de la Araucanía”, que no es más que el asesinato de miles de mapuche, mujeres, niños, ancianos. Este genocidio tenía como único objetivo, apropiarse de las tierras, debemos recordar que estos crímenes ocurrieron hace poco más de cien años y se prolongo por las tres primeras décadas en el siglo XX.

Tras la masacre y la derrota de la resistencia mapuche, el estado chileno instalo al pueblo mapuche en reducciones, y les concedió títulos de mercedes por tierras marginales donde debieron instalarse. Pero el Estado agrego un engaño adicional, los títulos de mercedes no fueron inscritos en el conservador de bienes raíces, con lo cual las tierras no aparecían con propietario mapuche.

Defender la tierra de la destrucción capitalista

Las forestales y las industrias papeleras, destruyen el medio ambiente, contaminan las aguas, envenenan nuestra flora y fauna. La pesca de arrastre, y la contaminación de las costas están destruyendo los peces y mariscos de los que se alimentan los mapuche de la costa (lafkenche), y también los pescadores artesanales chilenos. La concentración de basurales en terrenos de las comunidades mapuche envenenan las napas de aguas subterráneas y empeoran su calidad de vida. La lucha del pueblo mapuche para recuperar un territorio que le permita sobrevivir como Nación es también parte del esfuerzo para salvar a la tierra de una catástrofe medioambiental que está siendo provocada por el capitalismo.

¿Quienes son los violentistas?


El Estado chileno ha aplicado en forma sistemática la violencia contra los mapuche, sea con dictadura o bajo la “democracia”. Bajo la dictadura los Jorge Luchsinger, que hoy aparecen como “victimas”, fueron los que “ayudaron” a detener a dirigentes mapuche, y a dirigentes obreros chilenos, que luego fueron ejecutados por miembros de las fuerzas armadas.

Los “colonos” que instalo el Estado chileno en territorio mapuche, no conformes con la tierra que les habían entregado, asesinaron a unos cuantos mapuche para quitarles la poca tierra que el Estado le había dejado en calidad de “reducciones indígenas”, otra verdad del porte de una Catedral, que también quieren mantener oculta.

Esta gente, sus familias, sus descendientes son los que llaman “violentistas” a los mapuche y les aplican leyes “antiterroristas” y son los que se atreven a decir que “El indio no ha trabajado nunca. El mapuche es un depredador, vive de la naturaleza, no tiene capacidad intelectual, no tiene voluntad, no tiene medios económicos, no tiene insumos, no tienen nada” (Jorge Luchsinger). Esta escoria de la humanidad, que ha vivido del robo, de la usurpación, de la explotación de obreros agrícolas, que confunde “explotación” con trabajo, son los que se atreven a llamar flojos a los mapuche.

Carabineros y la PDI han cometido crímenes contra los mapuche, con sueldo del Estado


El racismo, la crueldad, la violencia y la intolerancia es lo que caracteriza la actuación de los cuerpos policiales del Estado chileno. Estos cuerpos represivos son expertos en montajes, por ejemplo, no se puede hablar de “enfrentamiento” cuando un bando cuenta con boleadoras (ondas) y la policía con modernas ametralladoras. Hasta ahora los únicos muertos en estos falsos enfrentamientos inventados por la policía, son jóvenes mapuche y también es la razón porque ningún mapuche se encuentra involucrado en hechos de sangre relacionado con las recuperaciones de tierras, ya sea contra las forestales o los terratenientes particulares.

Los tribunales de justicia chilenos, son parte del despojo

Los tribunales de justicia históricamente han avalado el robo del territorio mapuche y los jueces son los que le han dado una justificación legal al despojo.

Desde siempre han sido absolutamente parciales y la justicia es un chiste cuando se trata de enjuiciar a un mapuche o recibir sus demandas por la restitución de sus tierras. La sentencia de Patricia Troncoso es el mejor ejemplo de lo que es la justicia en este país aplicada a un activista mapuche. Ella fue condenada a diez años de cárcel, sin pruebas que la inculparan y que incluso si existieran esas pruebas, no se puede condenar a alguien a diez años por incendiar unos pastizales. Estos mismos tribunales de “justicia” han condenado a los torturadores y criminales de la dictadura, confesos de más de un asesinato a cinco años y un día, en cárceles cinco estrellas y en algunos casos a penas remitidas.

Libertad inmediata a todos los presos políticos mapuche

Es necesario parar la represión contra la Nación mapuche, en los últimos años hemos visto como la represión ha recrudecido contra las comunidades Mapuche. Una parte importante del aparato represivo del Estado chileno está concentrado en territorio mapuche, en muchos casos para realizar montajes que impliquen en delitos a alguna de las comunidades y tener la excusa para reprimirlas.

Los hermanos mapuche que hoy están presos en las cárceles chilenas no son delincuentes, los delincuentes están entre los que han usurpado su territorio y no entre los que hoy están luchando por recuperarlo, están entre la elite dominante de este país.

¿Quienes son los delincuentes?
Los verdaderos delincuentes son los que se han apropiado del territorio mapuche, los dueños de las forestales, de la madera, de la celulosa y todos los empresarios que se han apropiado de sus riquezas naturales, la minería, la pesca, las generadoras de electricidad y un largo etcétera, que incluye a los representantes que estos empresarios tienen en el Parlamento, en el Poder Judicial y en los aparatos represivos del Estado chileno.

¿Que deben hacer los mapuche que viven en las ciudades?

La principal tarea hoy debe ser organizarse, para luchar por los derechos como mapuche urbano, contra toda manifestación de racismo y discriminación laboral, o en cualquier otro ámbito, recuperar y resignificar para el siglo XXI la cultura y la lengua mapuchedungun, pero también denunciar las injusticias y la represión, defender la tierra y la naturaleza, apoyar la lucha que están dando nuestros hermanos mapuche en las comunidades del conjunto de la nación mapuche, como parte de la lucha de todos los pueblos contra la explotación y la destrucción que provoca el capitalismo y su lógica del lucro sin medida.

Los pueblos originarios tienen mucho que aportar a un mundo que supere al capitalismo desde sus valores comunitarios y solidarios, de reciprocidad, y de vida sustentable en el respeto a la naturaleza.




La necesaria unidad de los mapuche, los trabajadores y los pobres

El trato que reciben los mapuche, se parece al que recibimos los trabajadores y todos los pobres de este país.

El asesinato de Rodrigo Cisterna (joven trabajador forestal) a manos de carabineros, ya quedo impune, el asesinato de 44 jóvenes conscriptos (todos de familias muy pobres), caso que también quedo en la impunidad.

Los deudores habitacionales de Andha Chile a Luchar (fundamentalmente mujeres), cada vez que se movilizan, son reprimidas con especial brutalidad por carabineros. Los trabajadores subcontratistas del cobre, los trabajadores de Agrosuper y muchos trabajadores que ha estado en huelga saben al igual que los mapuche de la brutalidad de las fuerzas especiales de carabineros.

El pueblo chileno y mapuche, tenemos los mismos enemigos, en el caso de los trabajadores forestales está más que claro, los que los explotan a ellos, son los mismos que han usurpado el territorio mapuche.

Necesitamos unificar nuestras luchas, pero el movimiento obrero y social chileno debe tener especial preocupación de respetar y entender las demandas nacionales de la nación mapuche y no repetir ni siquiera inconscientemente las prácticas de las clases dominantes.

La liberación de la clase trabajadora del yugo capitalista, debe ir acompañado del respeto de los derechos de las naciones originarias. Debemos terminar con la explotación capitalista y también con la opresión de otras nacionalidades, como es el caso de los mapuche y los aymara.

Construir una sociedad socialista democrática, hoy es más urgente que nunca, si queremos terminar con la explotación, el saqueo de los recursos naturales y todas las injusticias.

Celso Calfullán, de Socialismo Revolucionario, organización integrante del Movimiento de los Pueblos y los Trabajadores MPT.