domingo, 19 de septiembre de 2010

LOS MAPUCHE Y EL ESTADO DE DERECHO EN CHILE

Arauco Chihuailaf

“A los mapuches les echaron los perros de la ley encima, encarcelándolos por abigeato, después de haberles saqueado los ganados e incendiado los sembrados”.
Pablo de Rokha


¿Quiénes cometen violencia?

Se acaba de cometer un nuevo crimen: Jaime Mendoza Collío de 24 años murió baleado por la policía el 12 de agosto de este año. Ello ocurrió mientras Carabineros desalojaba un fundo ocupado por miembros de una comunidad en la provincia de Malleco.

Frente al homicidio cometido, el Subsecretario del Interior Patricio Rosende declaró que “el gobierno ha mantenido una política invariable de condena de hechos de violencia. Esa no es la forma en que se solucionan las demandas de las comunidades mapuches, esto sólo causa dolor y sufrimiento”. Y según el Ministro del Interior Edmundo Pérez Yoma: “son accidentes que ocurren y que nosotros somos los primeros en lamentar”. Lo inquietante es que este tipo de “accidentes” ocurren siempre en el campo mapuche.

Se olvida a menudo que la violencia y la ausencia de estado de derecho son elementos intrínsecos a la constitución de la propiedad privada de la tierra en la región de la Araucanía. Remitámonos a la historia reciente. Durante el período dictatorial las empresas forestales transnacionales empezaron su avance en territorio mapuche comprando tierras a bajo precio. Además contaron con subsidios para el desarrollo de sus plantaciones así como de exenciones tributarias gracias al Decreto-ley 701 de 1974. Los mapuche se ven enfrentados, por consiguiente, a la necesidad de movilizarse para preservar tierras ancestrales. En esta movilización quedaron desamparados de todo apoyo político-institucional. Así lo reconoció el documento de “La Concertación de los Partidos por la Democracia a los pueblos indígenas” (1989): “La política económica basada en el libre mercado ha conllevado pérdida de recursos, tales como derechos de agua … imposibilidad de utilizar tierras ancestrales. Los mapuches y mapuches huilliches han enfrentado y enfrentan numerosos litigios, amenazas de lanzamientos y expulsiones de sus tierras, sin encontrar apoyo ni en el gobierno ni en la justicia”. Infelizmente, los fundamentos de esa realidad siguen inalterados. Ayer, como en los primeros decenios del siglo XX por ejemplo, las expulsiones de mapuche de sus propiedades, las usurpaciones de tierras, los asesinatos, fueron una práctica frecuente. Esos crímenes quedaron en la impunidad. Y hoy a los descendientes de esos mapuches, también se les asesina o se les condena por la defensa de sus tierras, por atentados contra la propiedad privada, por terrorismo. Y grado sumo de las acusaciones ante los tribunales, en los inicios de este siglo XXI: usurpación de tierras ! ¿Asombrarse ante tamaña desproporción?
Al crimen del 12 de agosto se agrega una nueva encarcelación: el dirigente Hector Llaitul Carillanca fue detenido en Osorno el 15 de julio de este año (2009) y conducido a la cárcel El Manzano de Concepción. Fue “formalizado por los delitos de homicidio frustrado, atentado contra la autoridad, asociación ilícita terrorista y robo con intimidación” (El Mostrador, 16.7.09). El acusador: el Fiscal Mario Elgueta. Llaitul estuvo detenido en el 2007 y en el 2008 fue absuelto de los cargos que se le imputaban: “asociación ilícita terrorista para perpetrar ataques armados …para la comisión de crímenes o simples delitos contra la propiedad privada” (El Mercurio, 16.10.08). Esta acusación se suma a las centenas que ya se han formulado en contra de dirigentes y de quienes han participado en las movilizaciones, desde 1997 particularmente, para defender sus tierras.

La acción contradice el discurso

El vocabulario de las acusaciones: asociación ilícita terrorista, atentado contra la autoridad, delitos contra la propiedad privada, refleja un tinte político y mistifica la realidad. Y esto no se disipa con la declaración de la Ministra Secretaria General de Gobierno Carolina Tohá respecto a la condena de H. Llaitul : “En Chile hay un Estado de derecho, nadie está por encima de la ley y nos parece importante que en este caso al igual que en todos los casos las personas que están acusadas de un crimen vayan ante la justicia y la enfrenten” (El Mostrador, 16.7.09).

Cuánto quisiéramos que la declaración de la sra. Tohá correspondiera plenamente a lo que sucede en el país. Pero no están encarcelados los responsables de las muertes del joven de 17 años Alex Lemún en noviembre del 2002 y del estudiante universitario Matías Catrileo Quezada en enero del 2008, ambos baleados por la policía. ¿Supone ello una legitimación del crimen político o que hay una violencia tolerable? ¿Se juzgará y condenará ahora al responsable de la muerte del joven Jaime Mendoza Collio? ¿Se sancionará a quiénes rechazando el diálogo optaron por el desalojo que condujo al crimen?

En el conflicto que opone a las comunidades con las empresas forestales, no se reconoce la lucha mapuche por tierras ancestrales. Todo se reduce, como lo afirmó P. Rosende, a “hechos de violencia”. ¿Las Forestales están exentas de toda responsabilidad en la agudización del conflicto? ¿Cuál es el papel que corresponde al Estado y las instituciones estatales en esta situación? ¿La necesidad de un clima social atractivo para los inversores privados (argumento utilizado hace unos días) puede justificar la arremetida policial y judicial incesante frente a las demandas mapuche? El argumento nos entrega, sin embargo, un elemento revelador: atraer a los inversionistas privados. Dicho de otro modo, lo que observamos en el plano político no es ajeno a los paradigmas del mercado. Y eso está en el trasfondo de la represión policial que ha alcanzado incluso a quienes buscan informar. Lo ilustra el caso de Marcelo Garay Vergara, detenido por Carabineros el 17 de mayo de este año al encontrarse haciendo sus labores periodísticas en una comunidad de Roble Huacho, en las cercanías de Temuco. Esta comunidad está en conflicto con la Forestal Masisa.

Cuando las Forestales Arauco y Mininco recurrieron a guardias privados para que actuaran en contra de campesinos mapuche, ¿a cuál ley se ajustaban? Dicho sea de paso, estos guardias los procuraba la Oficina de Seguridad Particular (OSEPAR) que fuera creada a fines de los 80 por un coronel de Ejército.

El guardia forestal Jerson Espinoza, hermano de Leonardo Espinoza (guardia forestal despedido y que luego se suicidara) declaró al Diario Austral de Temuco del 06 de enero del 2000: “Teníamos que hostigar a las comunidades para que se produjeran enfrentamientos y la opinión se enterara de las atrocidades que cometían los mapuches … En algunas oportunidades provocamos incendios forestales, bloqueábamos los caminos”. En febrero del 2000, el diputado Eugenio Tuma denunció que guardias privados de las compañías forestales podrían haber cometido ataques contra las plantaciones para luego culpar a los mapuche. ¿Con qué rigor actuó la justicia para investigar los hechos denunciados? En cualquier caso, el rigor se impone a los más vulnerables. De allí que la Ley Antiterrorista (1984) heredada de la dictadura siga golpeando a los mapuche. Y esto, en contradicción con las observaciones de organismos de derechos humanos y del relator especial de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas sobre pueblos indígenas, Rodolfo Stavenhagen quien instó al gobierno, en el 2003, a la no aplicación de esta Ley; y contrariamente a la declaración de la Presidenta, en el 2006: esa Ley no se aplicaría porque la “justicia ordinaria tiene bastante fuerza para actuar”.
Todo por el mercado
Las Forestales y los latifundistas que son los acusadores e instigadores de la represión contra los mapuche detentan un poder económico que los hace menos vulnerables en todo sentido.

Algunas cifras ilustran ese peso económico. Se estima que las inversiones del sector forestal totalizarán unos 3200 millones de dólares a fines del 2010, “generando un dinamismo que permitiría a las exportaciones crecer en un 30 %, alcanzando entre 4500 millones de dólares y 5000 millones de dólares hacia fines de la presente década” (Corma. Info Export. Internet. 19.7.2009).
La envergadura de las inversiones como del retorno por exportaciones hace que las transnacionales no se amedrenten fácilmente ante el “terrorismo” mapuche. Juan Eduardo Correa, vicepresidente ejecutivo de la Corporación Chilena de la Madera, indicó en el 2002 que “a pesar de la preocupación por el rompimiento del estado de derecho” en la Octava y Novena Regiones, se mantendrá, para el decenio, las inversiones de 3600 millones de dólares” (Forest.cl el Mundo Forestal, 24.4.2002). Pero para una parte de la población se trata del “rompimiento del estado de derecho” para subsistir. Los datos de Casen (2003) indican que el 29 % de la población se encuentra en situación de pobreza en la Araucanía (VIII y IX Regiones precisamente), que constituye el escenario del llamado “conflicto mapuche”. ¿La pobreza no es otra forma de violencia?
Los datos sobre inversiones y exportaciones cobran toda su relevancia en relación con la preocupación de la Dirección de Relaciones Internacionales de la Cancillería (DIRECON) por diversificar los mercados y en particular el del sector forestal: “Las grandes compañías forestales también desarrollan su estrategia de expansión y, en muchos casos, con las prospecciones y primeras exportaciones que realizan, despejan el camino para que las acompañen empresas medianas y pequeñas” (Corma. Info Export. Internet. 19.7.09).
No sorprenderá entonces que las movilizaciones mapuche aparezcan entorpeciendo los objetivos de un neoliberalismo a ultranza y que parlamentarios de derecha y algunos empresarios manifiesten preocupación por el “recrudecimiento del conflicto mapuche en la Araucanía”, la “seguridad ciudadana” y por “la falta de estado de derecho” (El Mercurio electrónico, 03.8.09).
La opinión pública chilena no carece de información acerca de los grupos “violentistas” y del “terrorismo” mapuche, pero está menos informada sobre la riqueza extrema de algunos grupos económicos, en particular de las Forestales. Otras noticias circulan con notable discreción, como la decisión adoptada por algunos magistrados de la Corte Suprema: rebajar las penas a miembros de la policía secreta de la dictadura condenados por asesinatos y dejar a otros en libertad condicional (El Clarín.cl, 15.8.09). Quienes hoy se preocupan por la “seguridad ciudadana”, por el “restablecimiento del Estado de derecho”, no manifestaron ayer ningún desasosiego ante la inexistencia de un Estado de derecho y luego ante el sobreseimiento por la Corte Suprema del dictador enjuiciado por los crímenes cometidos. Esta actuación, antes y ahora, de un alto Tribunal de Justicia desmiente la declaración de la Ministra Tohá.
Conforme al modelo económico imperante, es decir, como lo señalara la Concertación a los pueblos indígenas (1989) “la política económica basada en el libre mercado”, la prosperidad del país dependería de un cuadro político y social apaciguado. El Estado ha asumido el papel de apaciguador, que en el caso mapuche se traduce en represión y en el caso omiso que se ha hecho de sus demandas y protestas. Descartando de este modo todo diálogo. Así ocurrió en Ralco y en la Novena Región. La represa Ralco se construyó pese a las protestas y movilizaciones mapuche y a pesar de la oposición de dos directores de la Corporación de Desarrollo Indígena (CONADI) a quienes se solicitó, por tal razón, la renuncia en 1997 y 1998 respectivamente. Endesa, empresa transnacional, comenzó la construcción en 1998 y la inauguró el 27 de septiembre del 2004. 3500 hectáreas de tierras pehuenches (bosque, viviendas, cementerio) fueron inundadas. En la novena región: de los 28 vertederos en donde se deposita el 70 % de la basura de la región, 16 están en comunidades mapuche; éstas protestaron reiteradamente por la nocividad para el medio ambiente, sin encontrar mayor eco.
En junio de 2009, se llamó a licitación nacional e internacional por 20 áreas de energía geotérmica (Diario Oficial del 1.6.2009). Una de estas concesiones se encuentra en tierras mapuche de la comuna de Melipeuco, Novena Región. Hasta ahora el Ministerio de Minería no ha consultado a los campesinos concernidos, aunque el Convenio 169 de la OIT ratificado por el gobierno chileno en septiembre del 2008, estipula que los gobiernos deben “consultar a los pueblos interesados … cada vez que se prevean medidas legislativas o administrativas susceptibles de afectarlos directamente”.
Por el estado de derecho
No extrañará, por lo tanto, que el Estado chileno haya sido denunciado ante organismos de Derechos Humanos y ante la opinión pública internacional. En mayo del 2006, el Premio Nobel de Literatura José Saramago interpeló a la Presidenta Bachelet, en gira por Europa, para manifestarle que “los derechos de los chilenos no alcanzaban a los mapuche”.
¿Cuál es o debería ser uno de los sustentos fundamentales de un Estado de derecho o al menos del estado de derecho? Que nadie esté por encima de la ley como lo afirma la sra. Carolina Tohá. ¿Es el caso? La respuesta surge de la realidad que se puede observar y constatar en el Chile del Bicentenario y que en parte hemos evocado en estas páginas.

Huelga de hambre mapuche: El gobierno de Piñera miente sistemáticamente.

Por Celso Calfullán

Ante la imposibilidad de seguir ocultando la huelga de hambre de los presos políticos mapuche, ahora llegó el tiempo de mentir descaradamente sobre su justa lucha.

Sebastián Piñera y los criminales que lo acompañan en el gobierno no tienen la menor intención de buscar una solución al conflicto que hoy se esta desarrollando en las cárceles de este país, pero están obligados a dar la apariencia de que si lo están haciendo.

Una de las cosas que más les preocupa es que la huelga de hambre de los presos políticos mapuche, deje al descubierto la verdadera cara del actual gobierno de derecha, especialmente dado que muchos de los que hoy están el poder, fueron parte de la dictadura y en el mejor de los casos solo cumplieron el rol de encubridores del régimen militar.

Para cubrir las apariencias, saben que deberán mentir sistemáticamente sobre la verdadera política que llevan a cabo contra los mapuche e indígenas en general y en la próxima visita que tendrá que realizar el presidente Sebastián Piñera este 21 de septiembre a la Asamblea de la ONU, deberán recalcar en los documentos oficiales que presentaran ante la comunidad internacional que Chile está cumpliendo con las normas internacionales en materia indígena, no tienen más alternativa que mentir, al igual como hizo la dictadura cuando afirmaba que en Chile se respetaban los derechos humanos, mientras se asesinaba a miles de chilenos.

Pero junto con mentir sobre el tema, además deberán intentar neutralizar a los activistas que hoy se están movilizando y denunciando los atropellos contra los mapuche en varios países europeos y del mundo

Al gobierno de Piñera sólo le interesa aplastar la lucha mapuche.

Tanto afuera como al interior del país, la política del gobierno tiene como finalidad neutralizar a los activistas de la causa mapuche y su estrategia apunta en varios frentes. En primer lugar busca dar la imagen de que tiene la intención de hacer cambios a la actual legislación arbitraria que se les aplica a los mapuche, pero lo que en realidad busca es ganar tiempo y quitarles el piso político que hoy tienen las demandas del pueblo mapuche e intentar mostrar a los huelguistas y sus familias, como intransigentes, buscando el desgaste de la lucha que hoy se esta dando.

Como parte de este plan, el gobierno busca involucrar a la Concertación (la supuesta oposición del actual gobierno) y a la Iglesia Católica, para intentar sumar apoyo en su estrategia de desarticular la huelga de hambre de los presos políticos mapuche. La cúpula de la Iglesia Católica tiene claro cual es la verdadera intención del gobierno y esta es la razón por la que no quieren aparecer oficialmente como mediadores e impedir ser utilizados por el gobierno, como dice el refrán popular, “el diablo sabe más por viejo que por diablo”.
Junto con lo anterior el gobierno ha dado la orden de aumentar la represión y los niveles de brutalidad, en contra de los voceros de los mapuche en huelga de hambre y sus familiares, buscando atemorizar y descabezar las redes de apoyo que hoy tienen los huelguistas.

En otro nivel el gobierno de Sebastián Piñera ya se esta preparando, luego de la visita que el Ministro Jaime Mañalich hizo a algunos presos políticos mapuche, para pasar a la etapa de alimentar forzadamente a los huelguistas, sin importarles que esto además de ser una práctica degradante, es extremadamente peligrosa para los mapuche.

Por último, lo que esta claro es que no se puede tener ninguna confianza en el actual gobierno, heredero directo de una derecha retrógrada y criminal, dejando claro que la muerte de los mapuche será de exclusiva responsabilidad del gobierno de Sebastián Piñera y su “nueva forma de gobernar”.

Celso Calfullan
Socialismo Revolucionario.

Ante la huelga de hambre de presos políticos mapuche



La Consejería Indígena Urbana ante la huelga de hambre de presos políticos mapuche y la situación general de nuestro pueblo.

Los indígenas urbanos, una vez más expresamos nuestra unidad indisoluble con nuestros hermanos y hermanas de las comunidades que luchan por el derecho a la tierra, el territorio, la supervivencia de nuestra cultura, cosmovisión, idioma y espiritualidad, y por el derecho a ser reconocidos como pueblos en una nueva constitución democráticamente consensuada por todos los pueblos que habitan bajo el dominio del Estado chileno.

En especial nuestra acción unitaria se dirige a apoyar las reivindicaciones de los prisioneros y prisioneras mapuche en general, y particularmente con los 34 hermanos en huelga de hambre. Nos hacemos uno con todas sus demandas. Exigimos a los poderes del estado el fin de los montajes judiciales contra nuestros hermanos y hermanas, y la derogación de la leyes antiterroristas que provienen de la dictadura y por tanto no tienen valor legal alguno para los pueblos soberanos, y que han sido perfeccionadas por los gobiernos que se han dicho democráticos y aplicadas por éstos contra luchadores de nuestro pueblo.

También nos unimos a la distancia, a las dignas y justas exigencias de nuestr*s herman*s de Rapa Nui, a las luchas de los pueblos lickan antai, diaguita, colla, aymara y quechua, ante la rapacidad de las grandes empresas mineras que se han apropiado de las aguas que hacen posible la vida de las comunidades del norte de Chile.

Declaramos una vez más, que nuestras demandas específicas como indígenas urbanos, no se contradicen en absoluto con las de las comunidades indígenas organizadas. En especial, l*s mapuche urban*s en todo petitorio ante las autoridades, hemos declarado que no exigimos nada a costa de nuestr*s herman*s de comunidades, y demandamos nuestras exigencias sean respondidas debidamente, con recursos propios del Estado y no al precio de restarlos a las comunidades.

Denunciamos los manejos turbios de los gobiernos, que se han burlado de la paciencia, resistencia y resiliencia de nuestros pueblos, retrasando y anulando las políticas públicas reparatorias y favorables a nosotros, alguna vez prometidas y consensuadas con nuestras propias organizaciones. Pese a sus ofrecimientos, no se ha practicado efectivamente la interculturalidad y se burlan los acuerdos internacionales, así como los compromisos que los diversos gobiernos han contraído con nuestros pueblos a través de sus organizaciones y comunidades ancestrales.

Denunciamos en especial los manejos del comisionado José Antonio Viera-Gallo, que bajo cuerda estableció mecanismos para anular en la práctica la aplicación y los efectos del Convenio 169 de la OIT. Nos manifestaremos siempre por exigir a los gobiernos que acaten y cumplan este convenio, firmado de acuerdo a principios universales de respeto humano y que están por encima de los intereses mezquinos de las empresas nacionales y transnacionales.

Esperamos que el actual gobierno no siga los mismos pasos de los anteriores, negándose a poner en ejecución las políticas reparatorias, o impulsando un falso reconocimiento a los pueblos indígenas. Esperamos demuestre su voluntad por una solución efectiva y verdadera en favor de los derechos y exigencias de nuestros pueblos.

Rechazamos el manejo comunicacional montado bajo un supuesto bicentenario de la independencia nacional. Es una nueva ofensa contra nuestros pueblos, hablar de independencia (celebrando una fecha en que no la hubo), cuando hoy, acaso más que hace 200 años, la economía del país depende del capital financiero extranjero: cuando el cobre ha dejado de ser chileno; cuando los recursos energéticos del país (electricidad, aguas, caminos, comunicaciones telefónicas) están bajo el predominio de empresas transnacionales españolas. Estos capitales tienen en este 2010, mucho mayor poder que el que tenían los españoles que dominaban la colonia en los años de 1810. Prueba de ello ha sido que con malas artes, incluidas dudosas indemnizaciones, se han levantado represas en el Biobío, no importando destruir el ambiente, las formas de vida de nuestr*s herman*s pewenche y deteriorar la vida de las comunas ribereñas, como Hualqui, frecuentemente inundada por la irresponsabilidad de los empresarios y sus tecnócratas.

Rechazamos el montaje de “unidad nacional”, pues ello encubre que hay clases oprimidas y opresoras, con intereses que nunca se van a unificar; que hay culturas y pueblos oprimidos y hay una cultura y un megapoder opresor.

Declaramos que no representan a nuestros pueblos los que rendirán homenaje al ejército invasor.

Agradecemos a los hermanos que llevan adelante esta nueva movilización, en especial quienes están en huelga de hambre, por estar instalando de nuevo ante el Estado y la opinión publica, la situación que vive nuestro pueblo mapuche, rompiendo el cerco comunicacional y generando preocupación del gobierno, los poderes fácticos y de la sociedad civil. Agradecemos a los sectores conscientes y solidarios de la sociedad chilena, a las organizaciones populares, a los movimientos que, desde el pueblo chileno, desde los demás pueblos originarios, están manifestando su simpatía por la causa mapuche y llamamos a la sociedad en su conjunto a apoyar nuestras demandas y a practicar una Nueva Relación de pueblo a pueblo.

Hacemos un llamado a todas las personas y organizaciones que se han movilizado y han solidarizado con nuestros hermanos en huelga de hambre, a que, más allá del resultado de la huelga misma, su acción no decaiga y se mantengan en movilización permanente por los derechos fundamentales de nuestros pueblos: por las autonomías, el Buen Vivir, el reconocimiento constitucional, la restitución de tierras y territorios usurpados, la interculturalidad. Llamamos a fortalecer a las organizaciones indígenas del campo y la ciudad, hasta constituir un fuerte movimiento de los pueblos originarios.

Firma:
José Ignacio Llancapan Calfucura, Consejero Indígena Urbano.